cuando aún los edificios se recortan
como sombras sobre el horizonte azul,
pienso en ti.
Cuando voy por la calle recorriendo
el camino conocido y transitado
de cada jornada repetida,
pienso en ti.
Mientras saco fuerzas de flaqueza
y sigo sin desmayo hacia la meta
escalando la vida paso a paso,
pienso en ti.
Y apenas acabado el día,
con los primeros luceros titilantes
cierro los ojos y sonrío,
pienso en ti.
Pienso en ti, Señor, y estás conmigo,
caminando a mi lado, confidente.
Tu me escuchas, me comprendes y me amas,
y sé que cuento contigo para siempre.
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