29 abril, 2008

¿A quien iré?

Señor, ¿a quién podemos ir? Tus palabras son palabras de vida eterna. Juan 6:68


¿A quien más puedo recurrir? ¿Quién más puede tener respuestas a mis preguntas?

Los hombres pueden aconsejar y juzgar hasta el límite de sus capacidades, pero sólo vos tenés capacidades sin límite para juzgar rectamente y aconsejar sin error.

Hay muchas cosas en las que necesito orientación. Hay muchas cosas que parecen estar en la cuerda floja, tambaleándose en el vacío a punto de caer.

Ahora veo que no hay certeza alguna fuera de vos. Todo se sacude y se desvanece pero vos permanecés inconmovible, la roca eterna.

¿Qué tan hondo se ha anclado mi vida sobre esa roca? De la firmeza de ese amarre depende que pueda sortear esta tormenta sin ser arrastrada por la corriente de las circunstancias.

¿Qué hacen los marinos durante un temporal? Afirman el timón para que no gire locamente al impulso del viento, arrían las velas y apuntan la proa directo a las olas para atravesarlas.

Arriar las velas, tranquilizarme e intentar ver las cosas con el enfoque correcto para atravesar las circunstancias limpiamente. Y afirmar el timón. Para eso tengo que dejarlo y dártelo. Sos el único con la fuerza suficiente para mantenerlo clavado en el rumbo correcto. Los golpes y los sacudones no lograrán que lo sueltes nunca.

Pero no vas a arrebatarme el timón de las manos, ¿verdad?

No lo tomarás a menos que yo lo suelte y te lo dé.

Y es mejor que lo haga ahora mismo.

No puedo atravesar por esto sola.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por pasar por aquí. Te invito a dejar tu comentario, las semillas enriquecedoras, llegadas de otros campos, siempre son bienvenidas.