30 agosto, 2007

Camino abierto

Y el velo del templo se rasgó en dos, de arriba a abajo.
Marcos 15:38


¿Cómo se hace para rasgar una tela con la mano?
Pues..., se hace un corte en un costado, luego se agarran los extremos y se da un tirón. Entonces la tela se rasga... de arriba hacia abajo.


La lanza en tu costado hizo ese primer corte,

entonces el Padre tomó los extremos

y tiró…



27 agosto, 2007

La matriz de las palabras

Una página en blanco
es una invitación
y un desafío.
Un compendio de sueños
no expresados.
Una colección de anécdotas
no contadas.
Un universo de palabras
esperando la chispa de la creación.
Un infinito
aguardando ser colmado.



Amor virtual


Ya no lo escribas.
No lo hagas más.
Ya no me basta
con tu amor
en letras de molde,
tu amor publicado,
difundido,
divulgado,
editado,
posteado.
Ya no lo repitas
para convencerte
o convencerme
de ese amor virtual.
Mejor demostrá
que es real…
Con tus actitudes.
Con tus hechos.
Con las pequeñas cosas
de todos los días.
Tal vez entonces
crea
que es verdad.

18 agosto, 2007

Tus manos

En la mayoría de las representaciones que he podido ver te pintan con manos finas, blancas, delicadas, hasta podría decir frágiles. Yo no me las imagino así. No. Imagino que tus manos fueron grandes y fuertes, curtidas, acostumbradas al trabajo duro, a la garlopa y al martillo. Manos encallecidas, ásperas de tanto suavizar la madera, con las marcas de las astillas antes que las de los clavos…

Ese detalle me hace pensar en cuán cercano te hiciste a nosotros. Dejaste el cielo y te hiciste de carne y hueso; y trabajaste, y te habrás martillado los dedos, y quizás hasta te dolió la espalda al final de la jornada. Y, como muchos otros, vos también sufriste la injusticia.
Esto me hace comprender cuánto estás interesado en mi vida, hasta qué punto sos capaz de entender el cansancio, la fatiga, la frustración, el dolor del cuerpo (y también del alma).
Y sé, además, que tu corazón se duele al ver lo que logramos por empeñarnos en hacer las cosas a nuestra manera y no a la tuya.
Y me consuela saber que, cuando en este mundo globalizado y neoliberal la persona pierde cada vez más su identidad y se convierte en un número, un instrumento descartable, un engranaje sin valor trascendente, sin vida propia y sin identidad…, vos todavía me llamás por mi nombre.

14 agosto, 2007

No me gustan las piedras

No me gustan las piedras
que hieren y desangran,
prefiero arrojar flores que iluminen,
que perfumen el alma y la existencia,
que alfombren el camino
y lo hagan suave y colorido.

Y si de descubrir rostros se trata,
prefiero inclinarme al rostro de la vida,
de la realidad que está ahí
y es posible descubrirla,
porque no es sólo lo que se ve
pues supera los sentidos.

Prefiero los cantos de fe,
porque en estos tiempos
hay que atreverse a conservarla,
cultivarla y vivirla,
ya que es lo único que nos salva
y nos da sentido.

Pequeñas cosas...

A medida que el tiempo pasa se instala una especie de nostalgia, añoranza. De pronto los recuerdos que vienen a mi mente cobran una nueva dimensión, mayor fuerza e importancia. Pequeñas cosas, como canta Serrat, que me toman por asalto y empujan a rememorar cosas pasadas, viejas, perdidas en el tiempo. Episodios de la niñez, pequeños detalles, una melodía en la radio a cierta hora de la mañana, un aroma, un sabor… Sutiles disparadores que desencadenan los recuerdos de una manera vívida y actual. Y uno quisiera poder volver atrás, poder abrazar a quien ya no está, reparar lo que se dañó o revivir lo que fue bueno y hermoso. El tiempo que pasó. El tiempo que sigue pasando, ineludible. Tal vez éste sea uno de los primero síntomas de que estoy envejeciendo. A pesar de que no pierdo las expectativas por lo que hay por delante, de pronto ese bagaje de historia cobra una importancia nueva. No quiero decir con esto que ya me sienta acabada. Claro que no. Hay todavía muchas cosas que espero para mi vida. Pero es como si hoy, a la mitad del camino, mi alma se hubiese sensibilizado y captara más fácilmente esas señales. Me gustaría engarzarlas como si fueran piedras preciosas, unirlas como las perlas de un collar que rodee mi cuello y abrigue el corazón; lo proteja de las inclemencias del tiempo presente con los algodones tibios de los recuerdos. No quiero caer con esto en la repetida generalización de que todo tiempo pasado fue mejor. No. Hubo momento duros y difíciles también entonces; y hoy, a pesar de todo, es un buen tiempo. Pero… ¿por qué desechar lo bueno de ayer condenándolo al olvido? Recordar con ternura me ayuda a conjurar esa nostalgia y me anima a dar gracias a Dios porque, hasta aquí, Él me ha sostenido.



13 agosto, 2007

Alberto Mario Alvarez, "Quiche"

El 1 de julio de 2007 papá se fue. Apenas unos pocos días después de aquel domingo que compartimos se fue a casa.
Estoy triste, pero a la vez me siento en paz. Es la paz, Señor, que viene de saber que siempre tuviste todo bajo control y que ahora está con vos.
Mirando hacia atrás puedo ver tu mano en cada cosa, cómo lo sostuviste hasta ese 1 de agosto de 2006 cuando por fin se entregó a vos. A partir de entonces, estos últimos once meses, comenzó el declive, pero lo principal ya había sucedido.
El último domingo que estuvimos con él, el Día del Padre, fue su despedida; rodeado por sus hijos, sus nietos, su bisnieto y la mujer que lo acompañó a lo largo de toda su vida. Él vio sus generaciones. ¡Gracias por atender a las oraciones que por tantos años hicimos por papá! ¿Qué más puedo decir? Gracias por llevarlo a tu lado. Gracias por la convicción profunda de que papá está con vos y que allá volveremos a encontrarnos un día. Aunque esté triste, aunque cueste entrar a la casa y ver su huella en cada cosa, en cada detalle; aunque las lágrimas asomen con cada recuerdo. A pesar de todo gracias porque has sido fiel y has extendido tu misericordia sobre él.
Papá, no es un adios, lo sé, es solamente un hasta luego...

"Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá", Juan 11:25

"Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron" Apocalipsis 21:4