15 septiembre, 2010

Espera


Todavía no ha llegado mi hora, pero para ustedes cualquier hora es buena. Juan 7:5

La ansiedad es un sentimiento horrible. Es hija de la prisa y la impotencia. La engendra la urgencia de ver la punta del ovillo, algún escape, algún recurso; y ve la luz cuando nada cambia, nada sucede, ninguna puerta se abre.

La ansiedad cansa, paraliza en un primer momento. Luego empuja a hacer cualquier cosa, lo que sea, sin orden ni método con la ilusión de contrarrestarla.

Sin embargo la solución es tomar esa carga de ansiedad y llevarla a vos para que la tomes y poder descansar.

La solución es entender y aceptar que, aunque para mí cualquier hora es buena, vos sabés exactamente cuándo es la hora precisa.

Tengo que aceptar que vos conocés los tiempos, que nunca llegás tarde y que tenés todo bajo control.

El tiempo que para mí es demora, para vos es proceso, es trabajo, es maduración. La fruta cae por su propio peso cuando está madura, no antes. Vos no necesitás que te dé una mano para que se cumplan tus promesas. Y tus promesas son eso, promesas; y se van a cumplir, aunque hoy se demoren, aunque hoy no vea nada, aunque tarden.

Vos no te quedás en las buenas intenciones, prometiste y no sos hombre para mentir o para arrepentirte. Lo dijiste… ¿acaso no lo harás? En su tiempo, en su perfecto tiempo, en el momento justo y adecuado; lo harás. Vos conocés la hora precisa, el tiempo y el lugar. Y lo harás.


14 mayo, 2010

Ayudame a decir sí



















Ayudame a decir sí
para responder a tu llamado
que siempre me regala
un desafío nuevo,
un crecimiento posible,
una huella que se abre...

Ayudame a decir sí,
que es decir no a muchas cosas,
para responder con la vida
a Alguien que me llama,
porque me ama
y quiere lo mejor para mi vida.

Ayudame, Señor, a decirte que sí.

Tomado de un cuento de Mamerto Menapace

03 abril, 2010

El rostro de Jesús

Click para ver el video

Ya antes de que existieran los medios tecnológicos que muestra el video, su supuesta imagen ya se reconstruyó en Italia a partir del siempre cuestionado manto de Turín.

Con un poco de sentido común podríamos concluir que la imagen de Cristo con seguridad dista mucho de lo que se ha creado en el imaginario colectivo, influido por las pinturas de los artistas y los efectos de Hollywood. Seguramente, si el verdadero Jesús se presentara para el "casting" de una película sobre él, los productores lo rechazarían. Jamás le darían el papel al verdadero Jesús. “¡Éste es muy feo!”, dirían. Es que su imagen no se correspondería con la del típico galán de ojos azules.

Históricamente se ha tratado de imponer una figura de Jesús parecida a la de aquellos césares que tenían un aspecto afeminado, de un hombre muy atractivo, con el ideal de la belleza griega. Para acercarnos más a su aspecto real, ¿por qué no pensar en una persona más ruda, fuerte, más ordinaria? Es decir, un carpintero de Nazareth...

Lo más probable es que, siendo Jesús judío; su perfil fuera de raza semita. Es más, no es muy descabellado pensar que su parecido se acercaría más al aspecto de los latinoamericanos. Si analizamos la historia, los hebreos son hermanos de los árabes, provienen los primeros de los israelitas y los otros de los ismaelitas. Recordemos que España estuvo sometida por ocho siglos por los árabes, de modo que muchos de esos rasgos raciales se habrán transmitido a españoles y más tarde a América con los inmigrantes.

Si tomamos a la Biblia como única fuente de información en torno a la persona de Jesús, no encontraremos allí muchas referencias sobre el tema. En cambio la ciencia y las religiones, además de las modas, dicen otra cosa y no faltará quien crea que el Hijo de Dios andaba con una aureola, y que todo el mundo al verlo se convencía de que estaba ante el Mesías. Sin embargo hay un detalle bíblico que nos lleva a pensar que él era un tipo común y corriente. Cuando Judas lo iba a entregar, él dio una clave: al que yo bese, ese es. Eso podría significar que él se confundía fácilmente con sus compañeros. Era un ciudadano "del montón”. En Isaías 53, dice claramente lo que la tradición y los artistas han pretendido olvidar: "Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca, no hay parecer en él, ni hermosura le veremos, más sin atractivo para que le deseemos. Despreciado, varón de dolores...".

En realidad, no importa mucho el tipo de rostro que pudo haber tenido Jesús. Aunque a menudo imaginemos cómo habrá sido su apariencia, no tiene mucha relevancia el aspecto físico. Más bien deberíamos detenernos a considerar lo que él hizo por cada uno de nosotros, los pecadores.

En definitiva, dice la Biblia que “Dios ha preparado para los que le aman cosas que nadie ha visto ni oído, y ni siquiera imaginado” (1º Corintios 2:9)

Y también dice que Cristo "aparecerá por segunda vez" (Hebreos 9:28) y que “Cuando Jesucristo aparezca,..., lo veremos tal como es.” (1º Juan. 3: 2).

¡Esa es nuestra esperanza!

02 abril, 2010

Consumado es

"Mas él fue herido por nuestras rebeliones,molido por nuestros pecados;el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados"

Isaías 53:5

http://www.youtube.com/watch?v=teND52Qvn4M


http://enbuscadedios.jesus.net/

09 marzo, 2010

El mercader de las sombras

Así que ahora usted quiere que yo le venda mi alma… ¡Qué cosa!

Cuando la pobre andaba gris, apagada por la angustia, sofocada por el miedo, paralizada por la incertidumbre; usted no demostró ningún interés por ella.

Cuando rodaba avergonzada por la vida, exhalando ese hedor de muerte que la horrorizaba; usted la ignoró completamente. Poco le importaba si era finalmente destruida.

¿Y ahora la desea?

¿Ahora pretende hacerme creer que le importa tentándome con sus mezquinas ofertas?

¿Ahora que, feliz, brilla por fin con una luz nueva y se proyecta en un plácido sosiego?

¿Justamente ahora que la inunda una alegría nunca antes percibida?

Pues, caballero, lo siento; no puedo entregarle lo que ya no me pertenece.

Otro ha pagado por ella un alto precio a pesar de lo poco que valía…


Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación.

Apocalipsis 5:9

05 marzo, 2010

Pasará


Me afligen esas cosas que se eternizan,
aunque sé que no hay ninguna
que sea eterna en esta vida,
ni siguiera la muerte, sólo un episodio (¿liberador?)
en medio de la eternidad.
Todo pasa
Menos tu palabra...