27 mayo, 2008

Sólo Jesús

…Jesús se acercó y los tocó, y dijo: Levántense y no teman.
Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo.
Mateo 17:7-8

¿Eso basta, Jesús?
¿Es suficiente con tu presencia ante el temor, los problemas y las circunstancias de la vida?

Sí, sólo tu presencia basta. Necesito tu cercanía, tu toque y tu voz; cada día.
¿Qué más puedo desear? ¿Acaso no está mi vida completa con tu presencia en mí?
Lo que no tengo que hacer es quitar mis ojos de vos. No tengo que apartar la mirada porque si lo hago y me fijo en las olas alrededor me empiezo a hundir; como Pedro cuando caminó sobre las aguas.
No tengo que olvidar que cuando estoy de rodillas, plenamente consciente de tu grandeza y de tu santidad; allí es cuando te acercás y ponés tu mano sobre mí; y es como una caricia que quita todo temor, aquieta el corazón, da nueva vida al espíritu.
Y eso es suficiente.
No hace falta más.
Muchas veces ni siquiera sé qué decir. Y es que no quiero decir nada. Sólo quiero estar ahi, nada más.
Y nada menos.
Desearía quedarme allí para siempre. Pero no es posible, hay que volver, hay que bajar del monte y enfrentar lo que venga por delante.
Pero vos seguís cerca, muy cerca, pendiente de cada cosa, atento a cada detalle, ocupado en cuidarme.
Te tengo a vos y lo tengo todo.
Es suficiente.

De cara al sol de justicia

...tu Padre que está en lo secreto… Mateo 6:6

Padre, vos estás en lo secreto, en ese espacio donde podemos encontrarnos a puertas cerradas. En ese lugar de comunión y de exposición, donde la luz revela hasta lo más íntimo, escudriña el corazón y saca a la superficie las verdaderas motivaciones.

¿Por qué hago lo que hago?

¿Por qué digo, actúo, estoy y sigo?

Haga lo que haga, diga lo que diga, sirva en donde sirva, lo que cuenta, lo que importa en realidad no es lo que se ve. Al menos no lo que ve la gente, sino lo que vos ves, lo que vos sabés de mí, lo que vos conocés.

Notablemente, cuando algo no está bien me vuelvo más reacia a buscar la intimidad contigo por temor a verme expuesta. Pero nada está escondido a tus ojos y todo lo oculto va a ser, tarde o temprano, revelado. Y no sirve de nada andar esquivándole a tu trato.

Si realmente quiero vivir en integridad delante tuyo, es mejor dejar que el Espíritu vaya hasta lo más profundo y saque a la luz todo lo que deba ser sanado o confesado, arreglando el altar para que el fuego se mantenga encendido.

Solamente por una constante exposición a tu luz, podrán desaparecer esos rincones oscuros donde se acumulan cosas que no te gustan, te ofenden y te lastiman.

Autoridad

La gente se admiraba de cómo les enseñaba, porque lo hacía con plena autoridad.
Marcos 1:22

La autoridad con la que enseñabas venía del hecho de que vivías lo que predicabas.

Nada más y nada menos. Eso hacía que la gente se admirara de ver tanta integridad.

No era común encontrar gente consecuente en esa época; tampoco ahora.

Es tan fácil enseñar de la boca para afuera…

Para eso basta con aprender la frase correcta, la lección precisa, el principio adecuado, y repetirlo.

Pero si lo que se dice sale de lo que se acumuló en la mente es sólo letra. Tiene que bajar al corazón para hacerse vida. Tiene que actuar primero en mí para después ser efectivo en otros.

¿Cómo puedo enseñar de la oración si no oro?

¿Cómo puedo hablar de adoración si no adoro?

¿Cómo puedo mostrar en público lo que no fue antes procesado y madurado en lo secerto?

Pura teoría, letra muerta.

Vos hablabas y enseñabas con autoridad. Una autoridad basada en la vida, en la presencia y en la llenura del Espíritu; no en tu propia habilidad o conocimientos.

Necesito en mí la misma integridad que había en vos, esa misma riqueza genuina que viene de lo vivido, de la experiencia real de la comunión con el Padre.

Y como siempre, como en todas las cosas, es imposible lograrlo sola. No puedo hacerlo sin vos.

23 mayo, 2008

Intimidad

“Nadie ha visto jamás a Dios, el Hijo único, que es Dios y que vive en íntima comunión con el Padre, es quien lo ha dado a conocer”.
Juan 1:18

Vivir en íntima comunión con vos es mucho más que una oración deprisa antes de salir. Es mucho más que eso.
Es tiempo y calidad, es perseverar hasta que los cielos se abran y tu gloria descienda.
Es permanecer en silencio anhelando escuchar tu voz, el silbo apacible de tu Espíritu en mi corazón.

Y es mucho más que pedir, mucho más que esperar tu bendición y tus dones generosos. Es primero dar.
Dar de mi tiempo y de mi esfuerzo. Es derramar el corazón en la irreemplazable intimidad.
Es abandonarme en tus brazos y rendir mi voluntad por completo a la tuya.
Es morir a mí misma y aceptar que ya no vivo yo sino que vos vivís en mí.
Es mirar hacia delante a través de tus ojos y dejar anidar la esperanza en mi corazón, de forma tal que no quede espacio para el temor y las dudas.
Vivir en íntima comunión con vos es lo único que reafirma mi identidad, lo que hace que pueda reconocerme como hija y que otros puedan ver el brillo de tu vida reflejado en mí.



Amarte

“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”.
Marcos 12:30

Amarte involucra todo lo que soy, todo, absolutamente.
Involucra mis sentimientos, mis deseos, mis anhelos, mis sueños.
También mi voluntad, mis pensamientos, mi razón.
Porque si te amo, si de verdad te amo, ese amor será el sentimiento más fuerte.
Agradarte será el deseo más intenso. Ver tu rostro el anhelo más preciado.
Si de veras te amo, eso empujará mi voluntad a la obediencia y afectará mis decisiones y mis elecciones.
Si realmente te amo, no dejaré espacio para los impulsos irracionales y todos y cada uno de mis pensamientos estarán sujetos a la obediencia a vos.
Si definitivamente te amo, toda mi energía, toda mi fuerza y mi esfuerzo estarán orientados a servirte.
Si de verdad te amo como vos querés que te ame...

¿Te amo así?
¿Te amo tanto así?
¿Te amo realmente con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente y mis fuerzas?
¿Quedan todavía pequeñas áreas que no han sido puestas bajo tu señorío?

Ocupa el trono de mi vida por completo, que no quede ningún rincón de mi corazón que no esté lleno de tu presencia. Que no queden rincones oscuros ni grietas en los muros del templo.
Restauralo por completo y llenalo de vos.



04 mayo, 2008

Entrega

…no dejen ustedes que el pecado siga dominando en su cuerpo mortal y que los siga obligando a obedecer los deseos del cuerpo. No entreguen su cuerpo al pecado, como instrumento para hacer lo malo. Al contrario, entréguense a Dios, como personas que han muerto y han vuelto a vivir, y entréguenle su cuerpo como instrumento para hacer lo que es justo ante el. Romanos 6:12-13

El pecado seguirá dominando mientras mi voluntad no esté total y absolutamente rendida a vos. Es preciso que se produzca una entrega total para que puedas usarme para hacer lo que es justo.

Sin condiciones y sin reparos.

Sólo de esta forma podré hacerme fuerte en aquellas áreas en las que soy débil. Pero es una decisión, es una lucha contra la voluntad que no quiere doblegarse y tu Espíritu que quiere tomar el control. Aún sabiendo que el dominio del pecado es malo y destructivo, me has dado la libertad de decidir. Yo resuelvo si dejo que el pecado siga dominando o si me entrego a vos para hacer lo justo.

Es preciso reconocer en qué áreas hay debilidad, qué áreas debo entregar, en cuáles me cuesta resistir, en cuáles me resulta más fácil ceder.

Es preciso que rinda mi voluntad a tus pies y que me someta a tu guía y a tu autoridad para poder vivir una vida santa delante de vos.


Pienso en ti

Apenas insinuado el día

cuando aún los edificios se recortan

como sombras sobre el horizonte azul,

pienso en ti.

Cuando voy por la calle recorriendo

el camino conocido y transitado

de cada jornada repetida,

pienso en ti.

Mientras saco fuerzas de flaqueza

y sigo sin desmayo hacia la meta

escalando la vida paso a paso,

pienso en ti.

Y apenas acabado el día,

con los primeros luceros titilantes

cierro los ojos y sonrío,

pienso en ti.

Pienso en ti, Señor, y estás conmigo,

caminando a mi lado, confidente.

Tu me escuchas, me comprendes y me amas,

y sé que cuento contigo para siempre.