1º Corintios 15:10
Fuiste bueno conmigo, tuviste misericordia de mí, tuviste compasión y quisiste rescatarme de una vida vacía y de una muerte segura.
Como una hija pródiga enterrada en la miseria, me rescataste de entre las ruinas, me abrazaste, me diste nuevas vestiduras y pusiste tu anillo en mi dedo.
Y hubo fiesta en los cielos porque estaba perdida y fui encontrada, porque estaba muerta y recibí nueva vida.
Soy lo que soy porque vos me hiciste así.
Soy lo que soy porque planeaste cada detalle desde el vientre de mi madre, con esmero, con cuidado, con la pasión y la entrega de un artista.
¿Puedo decir, como el apóstol, que tanta bondad no ha sido en vano?
¿Soy capaz de apreciar el inmenso favor que me hiciste cuando viniste por mí?
Yo no merecía tu sacrificio. Nunca lo merecí ni lo merezco ahora.
Si estoy aquí, si soy lo que soy es por pura gracia.
Muy lindo lo que escribiste. Y muy cierto. Si fuera por nuestros méritos nunca habriamos conocido la salvación.
ResponderBorrarAsí es Gastón, el Señor ha sido bueno conmigo y con vos también. Vivamos de tal modo que nunca tenga que decir que tanta bondad ha sido en vano. Te quiero mucho.
ResponderBorrar"Por pura Gracia"
ResponderBorrarMuy profundo...
Un abrazo.
Un abrazo, Gusmar. Es un gusto que estemos en contacto.
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