16 septiembre, 2008

Proceso


Te imagino inclinado sobre el leño rugoso,

tus manos arrancando la áspera corteza.

Tus manos trabajan, fuertes, firmes,

para sacar de lo tosco, armonía y belleza.


Te veo tallando la dura madera,

tus manos acariciando esa forma nueva.

Tus manos trabajan, delicadas, tiernas,

para pulir y dar brillo a lo que nada era.


Ese leño es mi vida, Señor...

¡trabaja sobre ella!

El proceso duele...

¡pero vale la pena!




1 comentario:

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