27 septiembre, 2009

A salvo

Cuando el temor y la soledad me toman por asalto

y la desesperanza gana mi corazón angustiado,

aquí estás, siempre dispuesto

a protegerme y tomarme entre tus brazos.


¿Qué haría sin ti, mi Jesús amado?

El sendero es tan oscuro y escarpado...

sin tu luz que lo alumbre, sin el sostén de tu mano

sería imposible atravesarlo.


Pero cierro mis ojos y puedo sentirte aquí, a mi lado,

dulce presencia que me inunda poco a poco

como una caricia, como el rocío,

una corriente que fluye muy despacio...


Seca mis lágrimas con el dorso de tu mano,

quiero apoyarme en tu hombro y

descansar en tu regazo,

segura y protegida por tu poderoso brazo

puede bramar la tormenta... ya estoy a salvo...




6 comentarios:

  1. Y esa es la mejor esperanza...estamos a salvo!
    Un abrazo.

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  2. Así es querida amiga, a salvo en sus brazos... Gracias por pasar siempre por aquí. Un beso!

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  3. Preciosa poesía Patricia, mejor aún que sea una realidad en nuestras vidas. Un abrazo.

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  4. Gracias Eva, y sí, coincido en que lo mejor es que sea una realidad en nuestras vidas, aunque a veces seamos proclives a poner los ojos en las circunstancias y no en él ¿verdad? Pero estamos aprendiendo y él es tan paciente... Un abrazo.

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  5. Me encantó tu poesía querida Patri, no cabe duda que tienes alma de poeta.
    Besitos.

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  6. Gracias Isa, me alegro que te haya gustado. Un abrazo =)

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