25 junio, 2008

Confesión

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”
1° Juan 1:9

Quisiera no tener que pedirte perdón tan a menudo, a veces por las mismas cosas. Eso indicaría que he crecido, que algo aprendí en todos estos años.

Pero cuando creo que ya lo había superado, que lo había vencido, allí está, otra vez; la misma debilidad, el mismo error, el mismo pecado.

Me siento defraudada de mi misma, pero al mismo tiempo me doy cuenta cuánto dependo de vos, de tu gracia, de tu fortaleza y de tu misericordia.

Y me doy cuenta de cuánto te debo, cuánto hiciste por mí sin que yo lo mereciera.

No merezco tu amor, ni tu perdón, ni nada. Y sin embargo vos me lo das todo.

No me alcanzará la vida para agradecerte, Jesús.

Gracias.

Gracias por amarme como soy, gracias por perdonarme, gracias por entregarte por mí.

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