10 abril, 2006

Pascua 4 - ¡¡¡Resucitado!!!

"Yo les doy vida eterna, y jamás perecerán ni nadie me las quitará" Juan 10:28

Cualquiera podría pensar que sólo se trató de una ejecución más, de las tantas que llevaban a cabo los romanos de la época. Pero hubo una diferencia sustancial: esta vez el muerto no se quedó en la tumba. Dios lo levantó. Resucitó. Y ese es el fundamento de la certeza de saber que mi vida no termina aquí, que no son setenta u ochenta años en esta tierra. Mi vida va más allá de los límites de este cuerpo que se cansa, se desgasta y se marchita. Mi vida va más allá de mis fuerzas, permanece en él, por él y para él. Mi vida trasciende más allá de los límites del tiempo que alcance a vivir aquí. Jamás pereceré y nada ni nadie podrá quitarme de la mano de mi Señor; no hay poder en el cielo ni en la tierra que pueda hacerlo. Él ganó la vida eterna para mí en esa cruz, por amor. Un día lo veré. Un día se acabará este instante fugaz en medio de la eternidad que es la vida en esta tierra. Ese día lo veré. Ese día lo conoceré tan bien como él me conoce. Ese día veré al pastor y no necesito imaginar su aspecto, lo reconoceré por su voz cuando me nombre. No sé qué haré en ese momento. No sé si podré decir algo o sólo podré llorar de felicidad cuando lo vea. No me imagino qué vaya a hacer yo. Sólo espero que él me abrace.




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