…vete a tu casa, con tus parientes, y cuéntales todo lo que el Señor te ha hecho y cómo ha tenido compasión de ti. Marcos 5:18
¿Cuántas veces me he callado esperando a tener la respuesta justa, el argumento correcto, la palabra perfecta? Lo único que me pedís es que vaya y cuente lo que has hecho por mí. No se necesita una elaborada declamación, ni un discurso magistral, ni una declaración teológicamente probada. Simplemente ir y decir lo que hiciste, lo que me hiciste. Que hable de la realidad de lo que viví, de lo que experimento cada día, de la esperanza que das para el futuro. Eso, nada más, es suficiente en este mundo donde no abunda la esperanza, donde ya no hay refugio posible, donde hay temor, desazón, dolor, miseria. El solo hecho de tener la fuerza para enfrentar todo eso ya es un testimonio de tu poder. Sólo es preciso hacerlo notar, mostrar que tu vida en mí realmente marca la diferencia. No puedo hablar teoría, no puedo dar testimonio de lo que no viví; pero sí puedo contar aquellas cosas que son una realidad en mí, que transformaron mi vida de tal forma que ya no me reconozco si miro para atrás. Hablar de la realidad de tu paz, una paz inexplicable que permanece aún en medio de la peor tormenta. Hablar de la esperanza. Hablar del regalo de la salvación que no se compara a nada que el mundo pudiera ofrecer. Hablar de vos, sólo de vos. Es tan simple. ¿Por qué lo hago tan complicado? ¡Es tan simple que hasta un niño lo puede entender!
Linda reflexión Patricia.
ResponderBorrarE interesantes tus blogs.
Recien empiezo a crear mi blog y visitar otros.
Bueno, te saludo afectuosamente.
"Hablar de vos, sólo de vos. Es tan simple.."
ResponderBorrarNada más que añadir.
Tremenda reflexión.
Un abrazo.
Has removido mi conciencia con tus palabras.
ResponderBorrarCierto, es simple. Contar lo que El ha hecho en nosotros, a nuestro favor...Si nosotros callamos, las piedras hablarán.
Un abrazo y bendiciones.